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martes, 16 de abril de 2013

Tierra virgen y madera tallada.


Los picos se alzan hasta el cielo y caen con furia quebrando la roca. Las manos que los empuñan son negras y están llenas de cicatrices. Las piquetas vuelven a levantarse todas juntas y descargan un único golpe que estremece la tierra. Las piedras desprendidas ruedan colina abajo huyendo de sus agresores. La nota disonante de  las herramientas al golpear es acompañada por una melodía de cadenas arrastrándose, cadenas que unen pies de caoba y que los atan uniéndolos a todos en un único ser. El Sol inclemente calienta furioso las pieles quemadas y estas contestan derramando gotas de sudor que se pierden entre las múltiples manchas de cientos de camisas roídas.
El restallar de los látigos compone el punto final de esta melodía. Chasquidos roncos que van acompañados de gritos de dolor. Sangre en la tierra virgen, escarlata en el polvo.

Las heridas se abren, pero no solo las del cuerpo, las de la mente, incurables, se instalan en los esclavos. Muchos caen, derrumbándose como la piedra partida: sus cuerpos negros y robustos desplomados sobre un suelo ardiendo. Es en ese momento cuando los oficiales temen por la integridad del grupo, tienen miedo de que alguna de las manos suelte el pico y cese su actividad presa del pánico por la presencia de la muerte. Por eso corren a donde está el fallo, abren la cadena y arrastran el cadáver fuera de la vista de los demás, dejando un surco en el suelo arcilloso. Pero los demás ni se inmutan, solo sienten envidia por el que acaba de morir y rezan porque sea eso lo que les pase a ellos en ese mismo momento.

Los ojos, del mismo color que la piel, están inyectados en sangre. Las finas partículas de tierra que forman nubes se les introducen en el iris provocando la salida de simples lágrimas. No son lágrimas de dolor, ni de pérdida, ni de nada, eso ya quedó muy atrás.


 El marrón del cuerpo es adornado ocasionalmente por colores más intensos, como el morado provocado por los golpes o el rojo de la carne abierta y supurante provocado por los latigazos.

Corazones lacerados laten todos juntos, pues saben que solo ese sonido les une. Las cadenas son demasiado frías para transmitir sentimientos y los eslabones demasiado ariscos para permitir el paso de alguna sensación que pueda ayudar al compañero.

Las mentes abotargadas por el calor y confundidas por las alucinaciones buscan, anémicas, algún retazo de vida pasada. Hay veces que el rostro de cierta mujer aparece en una de ellas o el de un niño sonriente, incluso el de un perro con la lengua fuera. Pero de pronto el pico vuelve a besar la piedra produciendo ese sonido roto y las figuras se desvanecen como el polvo en el aire.

Obediencia, sacrificio, escoria, muerte, negros, basura, sangre, dolor, castigo, ley, son las palabras que la unidad es obligada a escuchar día tras día y con las que conviven  intentando recordar si existían términos para describir cosas buenas o si son simplemente sueños incoherentes fruto del cansancio y el agotamiento.

De pronto la psique dormida de algún esclavo despierta y observa a su alrededor: ve que su mano, aunque parece ajena a su propio cuerpo, sujeta una herramienta capaz de hacer llorar a la tierra, mira sus pies sangrantes rodeados por el gélido hierro, luego observa a uno de los oficiales que se encuentra casi al final de la fila golpeando a algún compañero. Todo esto es procesado muy lentamente, el brazo se alza mientras las gotas de sudor caen al suelo, los ojos se mueven rápidamente de un lado a otro, todo parece estar sucediendo muy lejos, otro negro que está a su lado lo mira incrédulo y entonces, al cabo de un segundo, se oye un ruido metálico muy poco usual y los eslabones huraños se desparraman por todos lados a la vez que el pico se clava en la tierra de manera muy diferente a como suele hacerlo.

Todo sucede muy deprisa, un oficial viene corriendo, en la cara la expresión del terror escéptico, blandiendo el conocido látigo y lo descarga con furia contra el cuerpo esclavo. Pero algo poco común sucede y es que el ser que parece haber recobrado la conciencia no parece sentirlo a pesar de que la fusta muerde su piel rasgándola en inhumanas heridas.

El compañero que lo miraba no ha tardado en darse cuenta de lo mismo y hace algo parecido, solo que esta vez la tierra no siente la picadura del hierro pero si la calidez de la sangre. El oficial cesa en su empeño por devolver al esclavo a su sitio y cae al suelo con medio pico atravesado en el cráneo, el mismo suelo que acogió al otro negro en la muerte ahora lo espera a él.

 Sin demora vienen más oficiales pero la unidad entera está ahora libre… ¡Libre! ¡Libertad! ¡Aun quedan palabras para describir cosas buenas, nunca han desaparecido!

Los negros se mueven rápido a pesar del agotamiento y las herramientas que les dieron como castigo por su color de piel son ahora las que les salvan del calvario.

En el caldeado ambiente se crea una melodía nueva. Notas fuertes de cadenas al romperse se mezclan con el contrapunto de huesos al quebrarse. El acero contra el acero aporta la cadencia necesaria y todo se une voluptuosamente con los gritos de libertad que profieren esas bocas de gruesos labios que fueron obligadas a callar para siempre.

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2 comentarios:

  1. ¡Holas! Misora me recomendó su blog, y a pesar de que ya los seguía desde antes, hoy me animo a comentar. Debo decir que sus relatos son realmente TREMENDOS.
    Amé este, el de Cheschire Cat inspirado en Cazadores de Sombras y básicamente todos. Oh, ¡el de la caída de Lucifer está genial! Jamás me había imaginado su perspectiva, y aún mejor fué que al principio nos lo hicieran pasar por un inocente, sólo para que al final se viera cuál es su verdadera naturaleza *o*
    Y de éste, SIMPLEMENTE WOW. Es genial, en especial cómo despierta el que lo inicia todo, y cómo los demás lo siguen sin dudar.
    También me gustaron el de Alma, y los de los encuentros con el Karma de Cheschire Cat. ¡Son ultrageniales!
    -Pao

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  2. En nombre de Cheshire Cat y yo muchísimas gracias, Pao, por leernos!!!!!!!
    Eso en primer lugar, y después es necesario agradecerte también que hayas decidido comentar en una historia, ya que nos encanta saber la opinión de nuestros lectores.
    Estamos encantados de que nuestros relatos te gusten porque para nosotros significa un gran triunfo :)
    Ahora solo decirte que esperamos que nos sigas leyendo como vienes haciendo hasta ahora y que, si te apetece, te animes a comentar en mas historias ;)
    Un abrazo muy fuerte y otra vez GRACIAS!!!!

    PD: ¿ Así que te lo recomendó Misora? Bueno, esperamos no defraudarte para que no nos dejes de leer XP

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